domingo, 14 de noviembre de 2010

El Amor Incondicional y las Mascotas


Hoy especialmente quiero compartirles algo que me sorprende sobre el amor de las mascotas!


Les contaré que mi madre, en un comienzo no quiso que tengamos una mascota, como hija no entendía el porque, ahora como madre puedo entender que son los padres los que tienen mas trabajo con ellos en casa.

Tenia 12 años cuando un día llego a casa, un pequeño perrito, era ya medio grande, pero no importaba, super jugueton, por lo que le pusimos de nombre "Bandido", era lindo!


Mi hermano en esa época tenía 4 años, me acuerdo que él jalaba a Bandido de la cola para todos lados, como si fuera un carro de juguete, Bandido extrañamente después de todo esto lo lamia con amor, mi madre no quería que el perrito durmiera en el cuarto, pero yo me lo llevaba a dormir, quería protegerlo.


Un día fuimos todos al río a bañarnos y que mejor idea que hacerlo con nuestra amorosa mascota, ese día lo pasamos bien, jugamos, nadamos, corrimos y todo fue genial.


Al día siguiente cuando llegue del colegio, algo pasaba mi mascota "Bandido" estaba muy enfermo, mi mamá lo llevo al veterinario y nos dijo que tenia pulmonía, nos pregunto si lo bañamos y le dijimos que si, recién descubrimos ese día que mi mascota a pesar de su gran tamaño sólo tenia un mes de nacido, era de raza Gran Danés(con razón era grandote).


Estuvo muy enfermo mi perrito, pero mi mamá a pesar de muchas veces de su reiterada negativa de tenerlo en casa, lo cuido como un hijo, felizmente que llego a curarse.


Cuando cumplió 6 meses estaba enorme!! nunca olvidare que se ponía en la puerta de la casa y todos le temían, pero si supieran que era mas manso, no mataba una mosca (es mas creo que si entraba un ladrón jugaba con él ), cuando mi hermano intentaba jalar lo de la cola, ahora era el perro quien lo jalaba a mi hermano jajajaja.


Llego las vacaciones de colegio y teníamos que viajar a Lima, pero mis padres no estaban dispuestos a llevar a Bandido, mi padre me dijo no te preocupes yo me quedaré con él, pues yo no podre viajar con ustedes, fue una tranquilidad para mi.

Al mes que nos fuimos de viaje, una llamada telefónica nos daba la mas triste noticia, Bandido tuvieron que sacrificarlo pues al parecer le dio la distemper y no estaba vacunado, ese día lloramos mucho, prometí nunca mas tener una mascota pues se les quiere mucho y se sufre cuando mueren.


Después de 8 años mi juramento fue totalmente incumplido, pues sucedió un milagro, mi madre acepto quedarse con perro de raza salchicha en casa, el cual era de una amiga que ya no podía tenerlo.


Ese perrito se llamaba "Príncipe", me prometí que yo no me haría cargo y menos me encariñaría con él, pero que creen, Príncipe venía y se me lanzaba, se sentaba a mi lado, era el ser mas amoroso conmigo, a pesar de todos mi rechazos, alguien me dijo en ese momento, que los perritos saben quien los quiere de verdad y por eso el se me pegaba tanto, debio ser verdad, porque en el fondo de mi corazón moría por jugar y abrazarlo.

No dure mucho con mi papel de tratar de ignorarlo y abrí mi corazón, adore a ese perrito, hice lo que de niña no hice por Bandido, lo bañaba, lo llevaba a pasear y jugaba con él.

Pero una vez mas eso no me duro mucho, un día llegando de la universidad a la casa, Príncipe se escapo a la calle y un transporte público lo arroyo, él se arrastro hasta la casa y al vernos, recién dio su ultimo suspiro, fue terrible, llore tanto por eso, me costo mucho reponer me de su perdida.


Después de 16 años, ya casada con una hija de 7 años, un día me propusieron regalarme un perrito, la verdad no pensé en mí, dije que porque no?, sería una compañía para mi hija, así que acepte, La mascota que llegaba a nuestras vidas era un Cocke Ingles, mi hija lo llamo manchas, era un bebe de un mes, ya a pasado un año y medio que lo tenemos y puedo realmente comprender ahora cuanto nos ama ese perrito y su fidelidad me sorprende.


Algunas veces lo llevo donde mi suegra porque lo adoran, ahí lo alimentan a puro bisteck y jamón (ni nosotros comemos así!!), me piden que lo deje, lo hice algunas veces, pero últimamente ahora que es mas grande y sabe que allá le darán de comer como Rey, el prefiere ir con nosotros, no se separa de nosotros como si intuyera que lo queremos dejar y eso me sorprende.


Me pregunto, es posible que tal vez el mundo sería distinto si amaramos, como nos quiere una mascota, así de esa forma incondicional, creo que llevamos puesta una armadura, que si de alguna forma pensamos que nos proteje, también nos impide expresar el amor que sentimos por los nuestros.


Las mascotas saben quienes los quieren, porque ellos perciben quienes y cuanto los quieren, yo realmente pienso que la percepción funciona para todos y para todo, todos percibimos cuando somos amados y también odiados, es un idioma silencioso que demostramos, es por eso que muchas veces andamos a la defensiva al no sentir ese amor incondicional.


Amemos incondicionalmente, sin miedo, porque todo lo que viene del amor incondicional, jamás nos hara daño, que gran lección nos dan nuestras mascotas y así dicen que nosotros somos mas inteligentes!!

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